lunes, 22 de febrero de 2010


Besarse con frecuencia ejercita los músculos faciales, activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años.
Los besos nos dan bienestar porque nos hacen liberar oxitocina, una hormona importantísima en el enamoramiento, el orgasmo, el parto y el amamantamiento, asociada con el cariño, la ternura y el contacto físico con los demás.
Besarse estimula la liberación de endorfinas, unos opiáceos naturales del organismo que provocan una sensación placentera, actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción, además, aumenta el autoestima.

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