martes, 17 de agosto de 2010

Cuando todo el mundo está loco, estar cuerdo es una locura.

A veces recibo un golpe y me siento a pensar por qué fue que lo recibí. ¿Fue mi culpa? ¿o acaso lo merecía? ¿estoy mal o es sólo que soy la única que esta bien? Esas preguntas que perturban a todos alguna vez en la vida, en cierto momento donde todo es tan confuso que el loco deja de ser uno mismo y comenzás a sentirte cuerdo entre la gente. Observando alrededor pude darme cuenta que cada uno tiene su propia locura, más notable en algunos casos que otros, todos la tenemos. El problema es que la locura tiene un límite, y solo unos pocos lo respetan. ¿Cuál es ese límite? Cuando tu locura hace daño al de al lado. La felicidad es una de las cosas que nos lleva a hacer locuras pero, felicidad, ¿a cambio de la desgracia ajena? no gracias, prefiero fabricarla a partir de mis propios sueños, trabajando en ellos y creciendo como persona. Aprendiendo de mis errores, lidiando con mi locura, confiando en la justicia cósmica y creyendo en el amor.
Hoy creo, que todo el mundo está loco, incluyéndome, por que pensar que estoy cuerda es una locura.

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